La economía rusa se contraerá un 7,8% en 2022, por debajo de las predicciones del Banco Central (8-10%), según informó hoy el Ministerio de Economía, debido a las sanciones por la “operación militar especial” en Ucrania.
Según los parámetros económicos para los próximos cuatros años, la economía se recuperará en 2023 con una leve contracción del 0,7%, frente a las previsiones del 0,3% por parte del banco emisor.
El producto interior bruto (PIB) crecerá ya un 3,2% en 2024 y un 2,6% en 2025, previsiones que han sido consensuadas con el Ministerio de Finanzas.
Las predicciones de contracción coinciden con el mayor descenso de la economía rusa -7,8% en 2009- desde que el presidente Vladímir Putin llegara al poder en 2000.
La economía rusa ya ha notado los efectos de las sanciones occidentales sin precedentes debido a la campaña militar rusa en Ucrania en el primer trimestre, en el que el PIB creció solo un 1,6%.
Se espera que el punto más bajo sea el tercer trimestre, tras lo que comenzará la recuperación, que no se notará en la vida de los rusos hasta la segunda mitad de 2023.
La inflación ascenderá a finales de este año al 17,5%, las inversiones en capital caerán un 19,4%, los ingresos reales descenderán un 6,8% y el desempleo aumentará hasta el 6,7%.
El Ministerio de Economía pronostica que las exportaciones caerán un 14%, descenso que en el caso de la industria de hidrocarburos será del 8%.
En anticipación de un nuevo paquete de sanciones occidentales, el presidente Putin llamó “suicidio económico” la posible renuncia de la Unión Europea al gas y petróleo rusos.
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