El conflicto que Israel y la milicia chií libanesa Hizbulá mantienen abierto desde octubre, a raíz de la guerra en Gaza, vivió este martes una de sus peores escaladas, con más de un centenar de cohetes lanzados hacia Israel y la muerte desde anoche de al menos tres personas en bombardeos israelíes en el este del Líbano.
“En respuesta a los lanzamientos hacia Israel por la organización terrorista Hizbulá esta mañana, aviones de combate atacaron dos de sus centros de mando en el área de Baalbek, en lo profundo de Líbano”, indicó este martes un comunicado castrense israelí, que confirmó bombardeos también en Bint Jbeil (sur).
Pero según el gobernador de la provincia de Baalbek-Hermel, Bachir Khodr, las bombas israelíes cayeron en “una casa abandonada en Al Nabi Shet y contra un almacén de alfombras en Saraain”, según dijo en su cuenta de X, matando a dos personas, supuestamente civiles, e hiriendo a otras seis.
Los dos fallecidos se suman a un tercer muerto anoche durante el bombardeo israelí de varios puntos, también del Valle de la Bekaa, incluidas las inmediaciones de la urbe de Baalbek. Fue este ataque nocturno el que, según Hizbulá, desencadenó el disparo esta mañana de más de un centenar de cohetes.
“Hizbulá está listo y preparado para cualquier expansión de los combates”, aseguró hoy un miembro del grupo al periódico qatarí Al-Araby Al-Jadid, que añadió que su respuesta ofensiva “será más fuerte” que la de las tropas israelíes.
Lejos de apaciguar los enfrentamientos, Israel confirmó nuevos ataques aéreos y de artillería durante la tarde del martes contra “infraestructuras e instalaciones militares” de Hizbulá en el sur del Líbano, aseguró un portavoz, después del lanzamiento de misiles contra la región norteña israelí de Galilea.
“Estamos comprometidos con el proceso diplomático, pero la agresión de Hizbulá nos está acercando a un punto crítico en la toma de nuestras decisiones militares“, advirtió ya la semana pasada el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en lo que cada día más voces temen se encamina hacia un nuevo conflicto bélico, desde el librado por ambos países en 2006.
Hizbulá aseguró que no detendrá el lanzamiento de misiles hasta que Israel ponga fin de la guerra en Gaza. Desde el 8 de octubre, ya han muerto en este fuego fronterizo al menos 340 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, con 233 bajas de milicianos, algunas de ellas ocuridas en Siria.
Pero también han fallecido al menos siete civiles en Israel y cerca de 50 civiles en Líbano, incluidos diez menores y tres periodistas.