Representantes de varias agencias humanitarias de la ONU advirtieron en el Consejo de Seguridad que la hambruna es prácticamente inevitable en la Franja de Gaza, donde continúan las hostilidades entre el Ejército israelí y Hamás y apenas entran suministros pese a los constantes llamados de la comunidad internacional.
“Si no se hace algo, tememos que una hambruna generalizada en Gaza será casi inevitable”, dijo en un discurso el director de coordinación de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Ramesh Rajasingham.
El subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Carl Skau, dijo por su parte que si nada cambia “la hambruna es inminente en el norte de Gaza”.
El PMA se vio obligado la pasada semana a detener temporalmente las entregas de alimentos en el norte del enclave por los saqueos y la violencia que sufrieron varios de sus convoyes, a medida que los alimentos y el agua potable se vuelven dramáticamente escasos y las enfermedades abundan.
Skau dejó claro que su oficina hará todo lo posible por distribuir ayuda en la zona, pero que si no se restablecen los sistemas alimentarios, la electricidad o el agua corriente, no se podrá evitar la hambruna, y añadió que la UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos) es la única que puede gestionar esta infraestructura vital.
Tanto Rajasingham como el subdirector general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Maurizio Martina, reiteraron su llamado a un alto el fuego que permita impulsar la distribución de asistencia humanitaria.