Javier Milei va a cumplir dos años en la Casa Rosada el próximo 10 de diciembre con un dato que, en cualquier otro momento de las últimas dos décadas, habría sonado a ciencia ficción para Argentina: una inflación que, tras cuatro ciclos consecutivos de subidas descontroladas, finalmente dejó de acelerar.
Lejos está de ser el final del problema, pero sí representa el primer quiebre en un país que tocó, al término del gobierno de Alberto Fernández (2019-2023) y de la era kirchnerista, la corrosión de precios a niveles que no se veían desde 1990, cuando la hiperinflación dejó severas consecuencias en los bolsillos de varias generaciones de argentinos.
El recorrido para entender el presente de Argentina obliga a retornar a más de dos décadas atrás.
Después del reacomodamiento de variables en la breve presidencia de Eduardo Duhalde, quien asumió el poder tras la precipitada renuncia de Fernando de la Rúa por la crisis de 2001, el primer capítulo del nuevo ciclo inflacionario arrancó con la llegada de Néstor Kirchner en 2003.
Durante sus cuatro años al mando, la inflación acumuló 60%. Fue un número alto, pero todavía controlado si se lo compara con lo que vendría después: con el tiempo, esa misma cifra se alcanzaría prácticamente en apenas unos meses acumulados.
Como siempre expresó Milei, la inflación es un fenómeno monetario: si no se emite, no hay inflación. En función de esa premisa, su gestión aplicó el ajuste fiscal y monetario más duro en muchos años, que incluye al superávit, el recorte del gasto y la “disciplina” financiera, como uno de los motores centrales del freno inflacionario.
Además, la caída del consumo masivo, producto de la contracción de salarios reales y jubilaciones, también jugó un rol clave en la desaceleración del índice del costo de vida. Sin demanda fuerte, los precios dejan de empujar incluso cuando los costos suben. La recesión del bolsillo es, también, un ancla para la inflación.
Se suma la estabilización del tipo de cambio, una variable siempre seguida de cerca por los argentinos. Con un dólar quieto en los valores actuales (AR $1.470), la dinámica de precios encontró una referencia más estable después de años de movimientos bruscos.
A dos años de la llegada al poder de Milei, no puede pasarse por alto que la foto social deja matices.
El Indec informó que en el primer semestre de 2025 la pobreza bajó al 31,6%, una caída de 21,3 puntos porcentuales respecto al mismo período de 2024, cuando la crisis poselectoral y de transición entre Fernández y Milei había llevado el indicador al 52,9%. A favor de Milei, el nivel de indigencia también retrocedió: del 18,1% al 6,9%.
Otra pieza del rompecabezas es el fiscal. En octubre pasado (último dato disponible), el Sector Público Nacional registró un superávit financiero de 517.672 millones de pesos argentinos.
Con ese resultado, el Gobierno acumuló en los primeros diez meses del año un superávit equivalente al 0,5% del PBI y un superávit primario del 1,4%, algo que no se veía desde hace más de una década.