
El conflicto entre Brasil y EE.UU. se agravó este sábado tras las sanciones del Gobierno de Donald Trump a magistrados del Supremo brasileño, mientras que el expresidente Jair Bolsonaro pasa el fin de semana recluido en su domicilio por orden judicial.
El líder de la ultraderecha, procesado por golpismo por la Corte Suprema y eje de la discordia, cumple desde este sábado las medidas cautelares dictadas por el tribunal este viernes por «instigar y auxiliar» al Gobierno de Trump en «la práctica de actos hostiles contra Brasil».
Ello implica el uso de una tobillera electrónica, permanecer en casa durante la noche y fines de semana y no usar redes sociales, entre otras respuestas judiciales a las gestiones que, con su hijo y diputado Eduardo Bolsonaro, ha hecho ante EE.UU. para presionar a los magistrados que lo juzgan y al propio Brasil.
En el caso de los jueces, la sanción llegó la noche del viernes, cuando el secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la revocación de los visados del juez Alexandre de Moraes, relator del proceso por golpismo, así como de su familia y sus «aliados» en una supuesta «caza de brujas» contra Bolsonaro.
Esa decisión se sumó a la amenaza de Trump, quien dice estar dispuesto a aplicar aranceles del 50% a Brasil a partir del 1 de agosto, si no se pone fin al proceso penal contra el líder de la extrema derecha.