La inflación se transformó en el principal problema de la economía chilena por el impacto que tiene en el poder de compra de las familias, lo que quedó confirmado con el muy alto IPC de 1,9% registrado en marzo, el mayor en 28 años. Y si bien el foco de atención había estado más puesto en la evolución alcista de los precios de los combustibles, una serie de productos que conforman la canasta familiar de alimentos también han registrado importantes aumentos durante los últimos meses, y en el tercer mes del año no fue la excepción.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el IPC de los alimentos subió 3,9% en marzo, acumulando en el año un incremento de 7,7%, y escalando hasta 13,6% en doce meses. Es más, del 1,9% total del IPC del mes, el 37% es solo alimentos y si se considera la división completa de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, llega al 42,1%, correspondiente a 0,8 puntos porcentuales (pp) del total.
Así, una de las razones que explica que el IPC se haya ubicado muy por sobre lo que esperaba el mercado -de 0,8% a 1,4%- fueron precisamente los precios de los alimentos.
Francisca Pérez, economista Principal de BCI, afirma que “gran parte de la sorpresa inflacionaria viene de alimentos, que suben con fuerza (3,9%), donde se destacan varios tipos de carnes y pan”. Misma visión entrega Felipe Alarcón, economista de Euroamerica, quien sostiene que “de acuerdo a nuestra proyección (1,4%), la principal diferencia se dio en un alza generalizada de alimentos que inyectó una incidencia adicional de 0,5 pp”.
Fuente: La Tercera
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