Despedido por “apitutar” a su novia. Así podría resumirse la denuncia que marcó la salida de Patricio Farfán Bórquez, ingeniero civil químico que hasta el 13 de octubre recién pasado ostentaba uno de los cargos más altos al interior de la Empresa Nacional del Petróleo: la Gerencia General de ENAP Refinerías S.A. Era, en simple, el mandamás de la filial que controla las plantas del Bío Bío y Concón, dos de los brazos operativos más importantes de la estatal.
Pero ese lunes todo se vino abajo. De acuerdo con antecedentes recabados por la Unidad de Investigación de Bío Bío, Farfán —quien percibía un sueldo líquido cercano a los $17 millones— fue desvinculado tras un sumario exprés en su contra que comprobó “faltas a la probidad”, luego de que contrataran a su novia —hoy esposa— en un cargo que dependía precisamente de él.
Para incorporar a la mujer a las filas de la estatal —reza una denuncia interpuesta en su contra por los sindicatos— dos personas perdieron su puesto: un empleado que fue despedido para dejar el cupo vacante, además del gerente local de la refinería de Concón, quien se negó a contratarla.
egún cuentan fuentes de Bío Bío al interior de la estatal, el primero en caer fue el jefe de la División de Comunidades de la Refinería Aconcagua. Se trata de un trabajador con más de 15 años de experiencia en la petrolera, quien —se desprende de una presentación de los sindicatos— habría sido simplemente removido para dar paso a la contratación de Alejandra Ternicien Soto. Esta última corresponde a una trabajadora social que —coincidentemente— resultó ser la novia de Farfán, el mandamás absoluto de la filial.
Quienes conocieron de cerca el episodio cuentan que fue el propio Farfán quien habría planteado su interés en reclutarla. Sin embargo, Jorge Santander Jara, entonces gerente local de la planta con sede en Concón, se negó.
“¿Cómo voy a poner a su polola?”, dicen los mismos inquiridos que espetó Santander al momento de rehusarse a contratar a la pareja de su jefe.
“El 2 de julio [de 2024] el señor Jorge Santander Jara es desvinculado de ENAP. Este despido fue notificado al sindicato por llamado telefónico del señor Patricio Farfán Bórquez a Miguel Castro Cárdenas, presidente del Sindicato Trabajadores, indicando que el motivo fue un ‘desalineamiento’ [de Santander]”, versa la denuncia ingresada por organizaciones de trabajadores a la Contraloría.
Con ambos trabajadores fuera —y casi de manera paralela— la ENAP abrió ese mismo julio de 2024 un primer concurso público para llenar el cupo que había quedado vacante en la División de Comunidades. Sin embargo, luego de avanzar en el proceso de búsqueda y tras varias entrevistas, la empresa decidió declararlo desierto.
Quienes siguieron de cerca lo sucedido, sostienen que al poco andar la ENAP volvió a abrir las postulaciones al cargo. Aunque —dicen— la firma esta vez realizó pequeños cambios respecto del perfil del puesto, sus responsabilidades y con un aumento a la remuneración. Aquí sí resultó electa Ternicien, quien ingresó formalmente a trabajar a ENAP el 1 de julio de este año.
La denuncia de los sindicatos apunta que ni Ternicien ni Farfán desclasificaron el vínculo sentimental que los unía. Incluso, la profesional habría sido declarada como “no recomendable para el cargo” durante el primer concurso.
Sea como sea, el escándalo en los pasillos de la firma fue inmediato: el reclutamiento de la trabajadora social —cuentan voces al interior de la petrolera— tensionó duramente la relación entre el directorio y la cúpula gerencial de la compañía.
—Farfán era un hombre clave. En la ENAP habían promovido la figura de “trabajador integral” y con esto se cayó todo a pedazos —dice una fuente consultada por Bío Bío Investiga.
Fuente: Bio-Bio