
Un avión con 44 personas deportadas por Estados Unidos aterrizó la madrugada de este viernes en Chile.
El vuelo chárter llegó pasadas las 00:30 horas en el Aeropuerto Internacional de Santiago.
Estas 45 personas estaban divididas en dos grupos: tres que mantenían órdenes vigentes de detención por crímenes cometidos en Chile y que quedaron de inmediato en calidad de detenidos al tocar suelo nacional, y 41 migrantes chilenos que se encontraban de manera irregular en EEUU.
«Este vuelo de deportación, al igual que otros similares que se han realizado a países en la región, se enmarca en la nueva política migratoria de Estados Unidos«, detalló ayer el Ministerio del Interior a través de un comunicado de prensa.
«En coordinación con las autoridades estadounidenses, el Gobierno de Chile, a través de sus ministerios del Interior, Relaciones Exteriores y Seguridad Pública, junto a la Policía de Investigaciones, el Servicio de Registro Civil e Identificación, entre otras instituciones, ha realizado las gestiones para el retorno seguro de nuestros connacionales y ha instruido el control migratorio pertinente para el ingreso a Chile», complementa la misiva.
Interior precisó que el control migratorio comprende «verificar la identidad de las personas y respecto de aquellos que tengan orden de detención pendiente ser puestos a disposición de la justicia».
Consultado sobre esta repatriación, el diputado Raúl Soto (PPD), de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, opinó que «hay que respetar las normas migratorias de los países con los cuales tenemos relaciones diplomáticas».
«Cuando se incumplen esas normativas, hay que ser colaborativos para que se establezcan las consecuencias y sus acciones correspondientes. Desde esa perspectiva, me parece que esto está dentro del marco de lo esperado, respecto de 44 personas que no estaban cumpliendo con la política migratoria de EEUU», aseveró el parlamentario.